miércoles, 12 de noviembre de 2014

"Little Boy."

El recreo había terminado y con él los juegos de los niños, que corrían despavoridos a causa del ruido provocado por la onda expansiva de la gran explosión. Todo se tornó gris y los edificios de los alrededores fueron devorados por una ola de humo tóxico y cenizas que no cesó en su avance hacia los suburbios de la ciudad, hasta haber engullido completamente todo cuanto pudo.

Después sólo hubo silencio.
Silencio y lágrimas negras cayendo del cielo sobre el esqueleto de una civilización contaminada por la guerra y el poder. Una batalla que miles de inocentes pagaron con sus vidas aquel 6 de Agosto de 1945 en la ciudad de Hiroshima.


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